Aprende tratamientos de estética oriental novedosos y exclusivos para sorprender a tus clientas, aumentar tu facturación y ser un referente en el sector

Hola, soy Luis Pascasio y te cuento la historia que hay detrás de esta formación.

El Origen de los cursos de estética natural y oriental

Empecemos por el principio, por el origen.

Hace años saqué mi primera formación de estética oriental.

Fue el curso de Lifting facial con acupuntura.

Lo hice como un favor.

De casualidad.

Y funcionó muy bien.

Funciono muy bien porque cuando hicieron unas jornadas de puertas abiertas y lo presentaron, facturaron mucho.

Bastante facturación, por eso digo que funcionó muy bien.

Bendita casualidad

Me seguí formando en estética oriental, y en ese camino, tuve la suerte de trabajar con doctoras chinas, sobre todo en mi clínica con la Dra. Fei con la que estuve 2 años.

En ese tiempo, pues amplié los distintos tratamientos, tanto faciales, como corporales.

Y cree mis propios métodos.

¿Por qué lo hice?

Porque me gustaba, porque creo que, en la vida, tienes que hacer cosas que te llenen y te gusten.

Fui contra el mercado y tendencias de la estética

La tendencia que observaba en el mercado era la de grandes inversiones en aparatología.

Había un machaque constante de publicidad, en exposiciones, ferias, revistas y una tendencia en la que se vendía que el futuro pasaba por grandes inversiones, grandes desembolsos de dinero o altas cuotas mensuales.

¿Saco más formaciones?

¿Estaré loco?

Mientras lo pensaba, observaba que los centros más prestigiosos del mundo tenían siempre una línea de estética natural, tanto en España, como en Europa o Estados Unidos.

No había centro de belleza de prestigio que no ofreciera estética oriental, técnicas orientales.

Desde clínicas, spa, hoteles, etc.

Y me preguntaba, que, como era posible, que un centro de estética en un barrio con precios medios o bajos, tenía que invertir miles de euros en aparatología y sin embargo, había centros que sin inversión ofrecían tratamientos a precios premium.

Y me seguía preguntando, ¿por qué no hacer lo que a uno le gusta, aunque no sea lo que hace la mayoría?

Mi bautizo con los cursos online de tratamientos de estética

Me decidí sacar más cursos en plena pandemia.

Y además online.

Ya era un loco por partida doble.

¿Tratamientos de estética online?

Si, esa fue mi apuesta.

Cursos online de estética oriental.

Lo hice por necesidad, porque todo lo presencial se me vino abajo.

Aunque muy pronto, le vi las enormes posibilidades, por el ahorro de coste, que una profesional no tenía que cerrar su centro para formarse, el tiempo, etc.

Así, que en 2020 fue mi bautizo online.

La chispa que lo prendió todo

Una alumna, que hizo mis primeros cursos, le dio un cambio radical a su negocio.

Lo apostó todo a la estética natural, porque era lo que a ella le gustaba, lo que sentía y dejo aparcado la mayoría de sus tratamientos.

Se centro, en una carta de servicios bastante reducida.

Y. le fue muy bien, genial.

Feliz como una lombriz y facturando más.

Y esa, fue la chispa, de que sacara todo mi arsenal.

El hecho de que había esteticistas y terapeutas que le gustaban mis tratamientos y que con ellos eran felices y ganaban dinero, fue el detonante de todo.

Fue eso, el hacer lo que les gustaba, tener resultados y además hacer sentir bien desde el bienestar y la salud.

Eso me motivó a sacar todos mis cursos de estética y salud. Los registré, los patenté y es por eso que saqué la Escuela de Estética Oriental.

El gran conflicto de crear una Escuela para enseñar tratamientos de estética novedosos y exclusivos

Te voy a contar porque todo esto no fue fácil.

21 cursos y masterclass es mucho trabajo y cuando digo mucho trabajo, digo mucho trabajo.

Pero ese no fue el principal conflicto, porque he trabajado desde pequeño y no me pesa doblar el lomo.

El problema, es que, por un lado, el mentor con quien me formo, me dijo que era una locura, dar todo ese valor en una membresía.

Que con una cuota mensual tuvieran acceso a todo ese contenido, a los 21 cursos registrados y patentados, era regalado.

Que cualquier profesional, con solo hacer un curso, con solo venderlo en su centro, se pagaban un año en la Escuela más que de sobra.

Que 80 € al mes, era una locura, era tirar mi trabajo.

Que se podían vender esos 21 cursos por separado y ganar mucho más.

Y el mentor no estaba solo, compañeros míos de profesión, también tenían la misma opinión. A mi mujer tampoco le cuadraba mi apuesta.

Pero las cosas que tenemos los Tauros, no sé si soy cabezón o no, pero tenía claro que así lo quería ofrecer.

Yo tenía mi intuición, y sabía que tenía que seguirla, que igual no era lo más rentable, que igual podía ganar más dinero con cursos individuales, pero tenía seguro que así llegaría a más gente y podría ayudar a más gente.

Fue mi apuesta, solo mía.

No guardarme nada, dar todos mis cursos por 80 € al mes, parecía una locura, pero era mi puta locura.

La solución que adopte con la Escuela de estética oriental

Así, que me senté con él y un conocido que sabe bastante del tema. Les dije que me daba igual lo que opinaran, que ya tenía la decisión por 3 motivos.

Tenía 3 motivaciones principales.

1.- Porque lo quería.

2.- Porque lo sentía.

3.- Porque ayudaría a profesionales de la estética a ser más felices con su profesión. Y, a ganar dinero.

Yo quería que quien se formara conmigo tuviera distintas opciones para tratamientos faciales, también para corporales y también de salud.

Que pudieran primero ver y después elegir que tratamientos se ajustaban a su filosofía.

Que tuvieran la opción de hacer un curso o los veintiunos.

En un mes o en diecisiete.

Que no hubiera pertenencia.

Que tuvieran la libertad, su tiempo, porque mis alumnas cuentan con poco tiempo.

Y que les permitiera tener una línea de estética natural en su centro, porque eso iba a ser muy rentable para ellas.

También les dije que era lo yo sentía, que quería darlo todo, que no quería ir especulando y guardándome cosas.

Quería darlo todo, sin cálculos y sin estrategia. Todo.

Y tercero, porque sé que ayudo a profesionales a tener tratamientos que sienten y les ayuda a facturar y sentirse bien.

Comprendieron mis motivos, porque entendieron como soy, y mi impulso de lucha, de ir contra el mercado, contras las tendencias, contra lo que a veces se establece y nadie se cuestiona.

Así, que, tras dos cervezas, nos abrazamos y le di rienda suelta a mi proyecto, a la Escuela de Estética Oriental.

¿Estoy contento de la decisión?

Mucho.

Mi locura de ofrecer todos mis cursos por una cuota mensual ha salido muy bien.

He cerrado tres veces el acceso a la Escuela, porque he llegado al límite que me propuse y me gusta poder atender bien dando soporte.

Y cuando vuelva a llenar, cerraré, porque como he dicho, me gusta atender bien a mis alumnas.

Y que estén contentas con el contenido y con mi atención.

Aquí los 21 cursos REGISTRADOS que solo mis alumnas pueden utilizar y a los que tendrás acceso por una cuota mensual, para que realices los cursos que quieras y en el tiempo que quieras.

Tú decides el tiempo de permanencia que quieres estar en la Escuela.

Mientras estás dentro, tienes acceso a todo el contenido, una vez sales, dejas de tener acceso.

Es cómo Netflix, pero con cursos de estética que te van a permitir ganar dinero mientras haces algo que te gusta.